El bien más preciado del Instituto es su personal: investigadores, becarios, ayudantes, técnicos y no-docentes. El propósito del código de conducta es establecer normas básicas de comportamiento individual y grupal que ayuden a generar un ambiente de trabajo donde el respeto mutuo, la equidad y la libertad responsable permitan que todo el personal del IFEVA desempeñe efectivamente sus actividades específicas en armonía y sin obstáculos evitables.

El buen funcionamiento del Instituto depende tanto de la convivencia armónica, como de la actitud responsable y ética de su personal. En particular, es imperativo que bajo toda circunstancia se evite que las cuestiones personales y los conflictos de interés interfieran con el desarrollo de las tareas individuales y grupales, ya sea en el ámbito del Instituto mismo o el académico en general. Además, es necesario que todo el personal asuma diariamente el papel de salvaguarda de las relaciones humanas, la actividad académica y los recursos materiales del Instituto.

Es esperable que la buena educación de las personas supere ampliamente las normas propuestas en el Código de Conducta del Instituto. En ese sentido, ese código no es un catálogo detallado de formas de proceder bajo circunstancias específicas, sino que pretende contribuir a establecer límites de tolerancia mínimos, admisibles para la convivencia en esta sociedad de trabajo.

El Instituto cuenta además con un manual que regula los procedimientos a seguir en caso de supuestas violaciones al Código de Conducta del IFEVA, para lo cual existe una Comisión Mediadora conformada por los distintos estamentos del Instituto. Los miembros de esta comisión son elegidos por todos los miembros del Instituto, no pueden pertenecer al Consejo Interno ni ser Director o Vicedirector, y tienen una duración en sus cargos de dos años (reelegibles por un único período consecutivo adicional).